Erradicación de la violencia, el primer paso hacia la igualdad

Erradicación de la violencia, el primer paso hacia la igualdad

La pandemia por COVID-19 ha expuesto y acelerado la desigualdad de género, la cual se refleja en la salud reproductiva, acceso al mercado laboral, empoderamiento, educación y actos de violencia, el impacto que ha dejado en la vida de las mujeres y niñas es muy severo, por ello, en el Día Internacional de la Mujer es necesario que el gobierno, empresas, ONG, hombres y mujeres asuman el compromiso de trabajar por la igualdad de género, porque este es el primer paso para erradicar la violencia y reconocer los derechos de las mujeres y niñas.

El 8 de marzo no es un día de celebración, es una fecha que invita a reflexionar sobre la importancia y urgencia que existe de construir un mundo igualitario, sin estigmas y estereotipos, pero sobre todo libre de violencia. La pregunta es ¿cómo construir ese mundo? Primordialmente, se necesita la participación y liderazgo de las mujeres en diversos ámbitos de la vida política, social, cultural y económica, además es importante contar con la representación en la esfera pública con el propósito de contribuir en la toma de decisiones.

De acuerdo con información de la ONU, las mujeres son jefas de Estado o de gobierno en solo 22 países, y únicamente el 24.9% de los parlamentarios nacionales son mujeres. Al ritmo de progreso actual, la igualdad de género entre jefas y jedes de gobierno tardará al menos otros 130 años. 

Han pasado 46 años desde que la ONU declaró el 08 de marzo como el Día Internacional de la Mujer con la premisa de buscar la Igualdad de Género; tristemente, la realidad es que ningún país ha logrado un cambio real para las niñas y mujeres, porque aún existen miles de obstáculos que deben superar y la peor lucha que afrontan es la violencia que viven en sus hogares y espacios públicos.

 

La violencia de género, la otra pandemia

Desde hace un año, el mundo hace frente a la pandemia por COVID-19 y ha luchado por encontrar una cura. Sin embargo, hay otra pandemia que se vive en todos los rincones del mundo es la violencia de género, pero a diferencia del coronavirus, el Estado no ha logrado tomar con seriedad esta problemática y generar acciones para erradicarla.

Estas son solo algunas de las cifras de la violencia que viven las mujeres y niñas:

  • A escala mundial, el 35% de las mujeres ha experimentado alguna vez violencia física o sexual por parte de una pareja íntima o por una persona distinta.
  • Cada día, 137 mujeres son asesinadas por miembros de su propia familia. 
  • Quince millones de niñas adolescentes de 15 a 19 años han experimentado relaciones sexuales forzadas en todo el mundo. 

La violencia de género es una problemática que afecta en todos los estratos sociales, culturales y económicos como lo ha hecho el COVID-19. Únicamente que esta es silenciada por temor, vergüenza, dolor o para evitar las críticas, porque también se culpa a las mujeres por su forma de vestir, hablar o pensar, vivimos en una sociedad que quiere justificar cualquier acto de violencia hacia las mujeres y niñas. 

Por ello, este 8 de marzo es importante alzar la voz por todas las mujeres y niñas que viven en condición de desigualdad, por las que enfrentan la crisis sanitaria junto a sus agresores en casa, por las que son víctimas de explotación física y sexual, por las niñas que no tienen acceso a una educación digna, por las mujeres que trabajan en condiciones desfavorables en comparación a los hombres, por las niñas que son obligadas a contraer matrimonio, por las niñas y mujeres que se ven obligadas a migrar, por las niñas y mujeres desaparecidas y asesinadas, porque todas ellas merecen justicia.

 

Actuemos por ellas

El Día Internacional de la Mujer es una conmemoración, no un motivo de celebración. Es una fecha para evaluar la condición y posición de las mujeres en cada país y así construir propuestas que contribuyan a la igualdad de género y así garantizar los derechos humanos de las mujeres y niñas.

Un primer paso para construir un mundo igualitario, es la educación, sí, como adultos tienen la responsabilidad de educar con respeto y tolerancia, así le enseñaran a las niñas y niños formas de relacionarse con igualdad y actuar ante situaciones de discriminación, respetando los derechos y libertades de todos los individuos.

El siguiente paso es aprender a escuchar y no juzgar, si saben o escuchan de alguien que vive una situación de violencia, no piensen que no es cosa que les incumba, quizá puedan salvar una vida o contribuir a que esa persona tome acción para alejarse o denunciar a su agresor. 

Es importante exigir como sociedad e individuos que se adecúen más espacios donde se brinde atención a víctimas de violencia, brindándoles atención médica, psicoemocional y jurídica, aunado a ello se requiere que en las escuelas se brinde educación en temas de equidad de género.

También está permitido reclamar, sí como ciudadanos tenemos derecho a exigir justicia y alzar la voz para erradicar los actos de violencia hacia las mujeres y niñas y evitar que queden impunes. 

¡El 8 de marzo no se celebra, se lucha por los derechos de las mujeres y niñas!